¿Reforma Educativa a la hoguera electoral?
- 11:34 a.m.
- By Sergio Mario Arredondo
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Las políticas públicas que emprende un gobierno, naturalmente, deben ser analizadas para identificar las acciones que tienen resultados aceptables a los diversos problemas que aquejan a la sociedad.
De ahí la importancia de “producir y validar conceptos, hipótesis, modelos, métodos que sustenten la corrección del análisis de las políticas públicas –básicamente, las decisiones- que toman los gobiernos para cumplir sus funciones y dirigir a la sociedad”, señala Luis F. Aguilar.
Las políticas públicas están siendo vistas con una nueva mirada. Se han abierto de par en par las compuertas de la información, y la sociedad está más enterada de las funciones y responsabilidades de los funcionarios y legisladores.
En estos días, llama la atención el debate que se da en el proceso electoral actual. No las voces que claman mejores políticas públicas, sino las que emplazan, con todas sus fuerzas, de llevar la reforma educativa a la hoguera de la ignorancia. Pareciera que la esterilidad del pragmatismo se antepone a la congruencia de sentar bases firmes para impulsar un México diferente.
Indudablemente, todo debe cambiar. La evolución de las cosas es un hecho inevitable. La reforma educativa es perfectible, y debe evolucionar con orden y un sentido de futuro. ¿Hacia dónde deberíamos ir para elevar la calidad educativa del país, qué perfeccionar y cómo? Serían las interrogantes que deberían prevalecer en el debate electoral.
Una verdadera estrategia, radicalmente innovadora, implica reorientar la atención de lo habitual a lo inusual. El volver la vista atrás, para impulsar una reforma educativa que favorezca a los que promueven la violencia, el maltrato a maestros que disienten de sus acciones, el rechazo a la evaluación, y que, demandan la heredad de las plazas. Es una estrategia política-electoral de cortas miras, que adolece de perspectivas, y de una mirada de profundas transformaciones para México.
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La reforma educativa tiene el objetivo de impulsar la educación de calidad, una de las demandas más sentidas de la sociedad. Es un modelo educativo inacabado, un producto que ha surgido de la incesante acción en aras del desarrollo educativo de nuevas generaciones, cuyo impacto se reflejará en distintas y variadas direcciones de la vida social y económica del país. Es por ello, que la reforma educativa es considerada como el basamento para el desarrollo económico de México, diría el premio nobel de economía Paul Krugman.
Un verdadero líder del país, no debe caer en las trampas de la demagogia y de la improvisación solo para ganarse las simpatías de la ciudadanía. La gobernanza precisa de congruencia y de responsabilidad, toda vez, que la educación ha sido concebida para desarrollar la calidad de vida de la ciudadanía.