En
las últimas semanas, se han generado elevadas expectativas con la firma del
TLCAN, entre EU, México y Canadá, para finales de agosto. Al parecer, la zona
económica comercial más grande del mundo, continuará indemne, ante el riesgo de
su desintegración, que prevaleció, semanas antes.
México,
ajusta horizontes de desarrollo comercial, con impactos favorables en diversas
áreas productivas. La actualización de los temas comerciales apunta hacia un
cambio positivo en la economía nacional.
El
atasco en las negociaciones del TLCAN, derivado de exabruptos del presidente
Trump, y el establecimiento de aranceles al acero y aluminio, se vivieron
momentos de agitación que ponían en vilo el diseño de multilateralidad
comercial. Hoy es diferente, se reanudó el dialogo, el gobierno estadounidense,
es el más interesado de concluir el acuerdo, toda vez que van a presentar como
un gran logro las negociaciones comerciales de cara a los comicios intermedios
en noviembre próximo.
El
31 de agosto, fecha prevista para concluir las negociaciones, suscita que las
controversias sean solventadas con apremio y celeridad. Según especialistas, 20
de los 30 capítulos ya están cerrados. Los temas con avance son: eficiencia
energética, tecnología de la información y comunicación, productos químicos,
patentes, farmacéuticos, dispositivos médicos, compras de gobierno, empresas
del estado, textiles, medio ambiente, servicios financieros, comercio
transfronterizo y digital.
El
punto controversial del sector automotriz, fue zanjado por el gobierno
mexicano, al ceder referente al salario, el aumento del contenido regional y el
incremento del uso de componentes locales en la producción de vehículos.
Los
salarios de la industria automotriz mexicana, entra en una fase de transición,
para reducir la brecha salarial; de 3 dólares por hora que se pagan en México a
16 dólares por hora en los EU y Canadá.
“Es una buena noticia que le lograra igualar al 100%; si logramos el 50%
estaríamos mucho mejor, en México, sería otro mundo”, señaló un dirigente
obrero.
En
asunto del contenido regional, se aceptaron los estándares de EU y Europa en la
producción de vehículos para tener derecho a las ventajas arancelarias. El 70%
de contenido regional, en cinco años, y hasta el 45% del uso de componentes
locales utilizando mano de obra pagada de 16 dólares por hora a más.
José
Luis de la Cruz, Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el
Crecimiento Económico (IDIC), la propuesta de incrementar el contenido regional
en la industria automotriz, “es un desafío que será alcanzable, que requerirá
inversiones fuertes y de un plan integral de desarrollo industrial. Por un lado,
de energía barata; por otro, innovación tecnológica en toda la cadena de
proveeduría para hacerlo a precios competitivos, de alta calidad y desarrollo
educativo para generar a los ingenieros que darán dinamismo a este sector”.
“México
no tendrá afectaciones a la economía, sino oportunidades y beneficios de
producir partes automotrices de valor agregado, que crearán empleos y dinamismo
a la economía mexicana”, subrayó el especialista.
Los
puntos sensibles de la negociación comercial que fueron dejados a lo último,
pueden generar ciertas tensiones entre las partes involucradas. El capítulo 20,
donde se regulan casos de la resolución de controversias Estado-Estado, y la
pretensión de incluir la cláusula Sunset, en el sentido que el TLCAN terminaría
automáticamente cada quinquenio; además, del controversial tema de
estacionalidad, es decir, que las exportaciones mexicanas dependan de las
temporadas agrícolas en Estados Unidos.
Las
tesis económicas-comerciales desde Adam Smith hasta P. Krugman, señalan que el
comercio puede beneficiar a todos. Es posible que EU, México y Canadá lleguen a
balacear sus intereses para salir adelante en ésta nueva ronda de
negociaciones.
Lo
cierto, es que el sector agrícola mexicano fue el menos favorecido con el
tratado comercial anterior, cuyas ganancias fueron menos claras. Esta actividad
productiva tan importante en la vida económica del país, posiblemente, sea protegida
por los representantes mexicanos, para que las ganancias de los productores
sean más visibles y palpables.