¿Cuál visión de país?


Así como lo es en lo personal, el éxito de un país depende de una conciencia clara de que es lo que queremos ser, a lo que se la ha llamado la “visión de país”.
La visión de país es en alguna medida las respuestas a preguntas básicas en materia social, económica, institucional. Los países que las han contestado son los mismos que han alcanzado mayores niveles de éxito en lo económico y lo social.
En nuestra historia moderna, existe evidencia que cuando hemos tenido un rumbo claro hemos generado frutos importantes, así fue con el modelo de sustitución de importaciones y de desarrollo estabilizador. En ambos momentos de nuestra vida nacional tuvimos claridad del camino y eso nos brindó ritmos de crecimiento económico altos que permitieron una movilidad social que no hemos logrado repetir, empero también hay que decir que por errores, vicios, se generaron costos que a la postre agotaron el modelo.
Sin embargo,  lo destacable es el hecho que cuando hemos tenido una claridad de destino hemos logrado avanzar, hemos sido exitosos, a los mexicanos no nos es ajeno el éxito social, lo hemos sido en el pasado y sin duda es posible repetirlo.
La ultimas década, no solo ha estado marcada por un ritmo de crecimiento económico bajo que ha ocasionado rezagos serios sociales, durante este tiempo también hemos estado huérfanos de una visión de país, no hemos tenido claro nuestro rol en el mundo, no hemos contestado las preguntas básicas, ¿qué tanto de mercado que tanto de estado?, ¿Qué sectores debemos desarrollar?, ¿qué tipo de educación necesitamos?, ¿qué sociedad queremos ser?, ¿qué liderazgos necesitamos impulsar?, ¿qué relación debemos tener con nuestra historia?
En ese sentido, la actual coyuntura electoral nos abre la oportunidad de establecer un rumbo, un propósito de país, uno que vaya acorde a una globalidad que exige competencia, que demanda la creación de nuevos sectores,  que demanda una lógica de producción distinta, que exige el aprovechamiento de nuestro capital humano, que demanda un nuevo arreglo político, uno que sea aliado del desarrollo.

El 1 de Julio de alguna manera estaremos eligiendo una posibilidad de país, es nuestro deber optar por un proyecto que responda a esas preguntas, que sea claro, que tenga  propósitos serios, que no caiga en contradicción con la realidad mundial, que no nos convierta en un anacronismo del mundo.
La globalidad  en términos de competencia es una realidad  no es un opción y como cualquier realidad solo hay dos formas vivirla, sufriéndola o aprovechándola. México necesita una visión moderna del mundo para poder adaptarse y en cualquier contexto, generar las oportunidades de desarrollo que se le han escamoteado a las nuevas generaciones.

Sergio Mario Arredondo
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