A
unas horas de decidir el rumbo del país por los próximos años todo indica que
estaremos decidiendo por la alternancia.
La
expectativa de millones de mexicanos es que Enrique Peña Nieto será el próximo
presidente de México y con ello se iniciará un nuevo modelo de desarrollo, una
lógica de gobierno distinta pero también un animo diferente.
Y es
que la sola llegada de una nueva expresión política oxigenaría al sistema
político y generaría una expectativa de cambio, un animo colectivo que bien
capitalizado puede ser el combustible para echar andar una maquinaria social
aletargada por años.
Pensar
que podemos ver cambios inmediatos sería no reconocer la magnitud de los retos
que enfrentamos en materia económica y social, pero también mantenernos en esa
lógica de lo imposible o del largo plazo es errónea, existen elementos reales
para un optimismo.
Un
primer elemento para considerar, es que a pesar de los intentos por encasillar
a Peña Nieto con realidades que no son de su tiempo ni de su forma, en los
hechos se ha mostrado como un político moderno y disciplinado, con la capacidad
de establecer equipos y desarrollar proyectos.
Con
o sin televisa, bajo la lupa de sus adversarios fue un gobernador exitoso y lo
hemos visto como un candidato con la capacidad de conformar equipos eficientes,
que sabe adaptarse a distintos escenarios y que puede tomar decisiones
complejas. Con 608 o 607 compromisos cumplidos, es un ejecutivo eficiente con
capacidad de gestión y ejecución.
Es de señalar también, que Enrique Peña Nieto no llega queriendo ser el
“presidente del empleo”, llega con una factura más compleja y desglosada, en
todo caso llega como el presidente de la reforma fiscal y del crédito a la
empresa, llega como el presidente de la reforma energética y la inversión en
infraestructura de comunicación, como el presidente de la inversión en
innovación y el del techo social universal.
Es decir, el candidato del pri llega al primer domingo de julio con una
propuesta, con una visión de país que es posible.
Por la
intensidad de la lucha electoral, hoy como nunca en nuestra historia tenemos
como opción un proyecto con compromisos alineados a nuestras necesidades, que
distingue los retos y nuestras capacidades.
México
cara al 1 de Julio tiene el “que y el como”, la presión social por hacerlo y un
liderazgo con capacidad de aglutinar esfuerzos.
Sergio Mario Arredondo
sergiomarioas@gmail.com
@sergiomario1
Sergio Mario Arredondo
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@sergiomario1
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