Culiacán 2013


En Sinaloa esté año se renovaran el congreso local y los 18 ayuntamientos, en las próximas semanas muchos aspirantes alzaran la mano y como ha sido costumbre lo harán sin el mínimo bosquejo de sus propuestas. Y es que en nuestro sistema político primero es manifestar las aspiraciones personales y después abordar los porque colectivos.

Está lógica tan común, resulta cada vez más costosa porque nuestras ciudades no son las mismas de hace 15 o 20 años, sus problemas son cada día mayores y complejos y demandan visiones de desarrollo mejor estructuradas.

Hoy el 70% de los mexicanos vivimos en espacios urbanos y más del 80% de la actividad económica del país se desarrolla también en ellos.

Ciudades como Culiacán son espacios donde miles de hogares fincan sus posibilidades de desarrollo y éxito. De la calidad de sus servicios y de la competitividad que está ofrezca para el desarrollo y atracción de inversiones depende el futuro de los que vivimos en ella.

Culiacán no es una ciudad que con la simple “vocación de servicio” ni con las “muchas ganas de trabajar” de sus autoridades se solucionen sus problemas. Se necesita tener una claridad de los retos del espacio urbano, entender el impacto negativo que tiene el pésimo servicio de transporte público en la productividad de sus usuarios.
Advertir que su crecimiento urbano se está dando desordenadamente sobre unos de los valles agrícolas más productivos del mundo y al que todos los años le echamos concreto.

Entender que en ella habitan una población joven que todos los años demanda un empleo bien remunerado. Que su infraestructura urbana no está creciendo a la par de su crecimiento poblacional acumulando costos en competitividad y reduciendo su capacidad de atraer nuevas inversiones.

Culiacán es hoy una ciudad compleja que necesita de propuestas mejor estructuradas. La receta de pavimento y “apoyos” sociales que nos han prescrito quienes han gobernado el municipio ha demostrado una total y absoluta ineficiencia, no es posible seguir con esa pobre lógica de gobierno.

La pobreza y la marginación que se vive en las periferias de Culiacán, las ausencias de oportunidades de empleo y desarrollo tienen que ser atendidas a partir de un enfoque de competitividad, el populismo o los “esquemas sociales tradicionales” no son respuesta.

En ese sentido se hace urgente que del proceso electoral no solo surjan representantes, es necesario también nazcan los planes que lleven a la creación y entornos que doten a sus habitantes de una mayor productividad.

Los Institutos de Planeación Municipal nacieron para convertirse en una simple extensión de la burocracia, sus aportes en cuanto a planeación han sido marginales, siendo los interés económicos los que siguen definiendo el trazo de la ciudad.

La crisis que están viviendo hoy muchos ayuntamientos en el país tiene que ver también con los perfiles de sus cabildos que no están a la altura de los retos del crecimiento de sus espacios urbanos.

El primer reto social que tendremos los Sinaloenses esté 2013 es darnos representantes y gobernantes a la altura de nuestras necesidades y potencialidades.

A Culiacán la política la ha tratado mal, en menos de 6 años hemos tenido seis acaldes y cabildos que con las mejores intenciones no han estado al nivel de los retos que tiene la ciudad más importante del noroeste del país, todos pues somos responsables, partidos y sociedad.

Quejarnos de nada sirve, asumamos mejor cada quién una parte de responsabilidad por Culiacán y empecemos por darnos en este proceso electoral mejores autoridades.

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