El impacto económico y oportunidad de Manuel


De acuerdo a la evaluación preliminar, el huracán Manuel trajo daños a la entidad por el orden de 2,200 millones de pesos, es decir el 4% de todo el presupuesto estatal para el presente año.
El meteoro afectó infraestructura de comunicaciones, urbana, educativa, de vivienda, dañó el patrimonio de familias y productores afectando con todo ello la ya mermada capacidad productiva de la entidad.
Difícil hablar de los beneficios de una situación que ha lastimado a tantos Sinaloenses sin embargo en materia pública buscar los saldos positivos en la adversidad más que un asunto de actitud es una necesidad.
En ese sentido un primer aspecto positivo del fenómeno climatológico es el impacto en la disponibilidad de agua para el ciclo productivo otoño invierno que apenas inicia en el estado.
Otro elemento a considerar es que la reconstrucción de la infraestructura dañada estaría liberando en el estado una cantidad de recursos con efectos positivos en la economía.  Se está hablando de 1,200 kilómetros de carreteras, cientos de escuelas, calles, banquetas, puentes, parques, viviendas, hospitales que tendrán que ser reconstruidos entendiendo que la construcción por la diversidad de insumos que conlleva es una actividad con altos efectos multiplicadores.
Si bien es cierto, que con un escenario de muchas entidades afectadas y un Fondo Nacional de Desastres FONDEN de 12 mil millones de pesos es probable que no se alcancen los 2,200 millones de pesos que estiman las autoridades estatales en daños, pero si un porcentaje importante de ello.
A lo anterior habrá que sumar los 630 millones de pesos que significaría para Sinaloa el programa de aceleración del crecimiento económico que lanzó en días pasados Enrique Peña Nieto a efecto de generar una dinámica económica a partir de la inversión en obras de infraestructura productiva.
También se complementan los 485 millones de pesos del cupón de cero, a los que finalmente podrá acceder al gobierno estatal e invertirlos también en los rubros de infraestructura que el poder legislativo local aprobó.
De solo obtener un 50% del monto estimado en afectaciones del FONDEN sumado, el programa de reactivación económica y el cupón cero a los otros recursos extraordinarios, Sinaloa tendría un bolsa superior a los 2 mil millones de pesos para invertir principalmente en infraestructura, eso sin contar los recursos adicionales que el propio Peña Nieto anunció pudiese recibir las entidades afectadas mediante el presupuesto federal 2014 y el acceso a otros fondos federales que aplican a la situación del estado.
Habrá quien diga no es suficiente para los daños registrados, pero una inversión correcta de este recurso enfocado a resarcir las afectaciones y generar una dinámica regional, pudiese servir de reactivación de la economía estatal.
Lo anterior lleva al gobernador López Valdéz a la posibilidad de construir un escenario para relanzar la segunda mitad de gobierno, tomar esta circunstancia y traducirla en una oportunidad, estructurar un nuevo discurso de desarrollo que nos lleve a atender una agenda de diversificación económica.
Sin duda, lo primero será remediar la necesidades de los más afectados, proteger aquellos que perdieron su patrimonio, pero también se crea un espacio, un momento para marcar una ruta más clara hacia el desarrollo de la entidad.

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