Reseña del Libro Cipriano Obezo Camargo: Obras
- 12:35 p.m.
- AUTOR: Sergio Mario Arredondo
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El pueblo de
Alhuey, Angostura, escuchó un estruendoso chillido, cuando Cipriano Obezo
Camargo anunciaba su llegada en la madrugada del jueves 26 de septiembre de
1918. La gente se asustó, fue tal el ruidajo que armó el recién nacido, que
después sería un orgullo de los alhueyenses y de una parte sustancial de la
sociedad de Sinaloa.
Cipriano Obezo
Camargo, un hombre lleno de esperanzas y de sueños; con hambre de saber,
ingresó a la Escuela Normal en el afán de sembrar saberes a sus estudiantes, y
tras su vida, sigue cimbrando conciencias en Sinaloa.
A los cuatro años
de edad, emigró con su familia a Los Mochis, donde vivió hasta 1932, cuando
retornó a Alhuey con su abuela, tras quedar huérfano de padre y madre. Dotado
de una despierta inteligencia y de buena memoria, siempre fue el primero de su
clase tanto en la primaria como en las aulas de estudios superiores de Derecho.
Cipriano Obezo
Camargo, maestro, poeta, narrador de vivencias y un consumado defensor de su
pueblo mayo. Una de las castas que tienen profundas raíces en el Sinaloa
moderno, y que aún continúan ajenas a los beneficios del progreso, solía decir.
Las personas se
deleitan al hablar de Cipriano Obezo Camargo. Se refirieren a él con admiración
y respeto, dando muestras de la profunda humanidad de Cipriano Obezo Camargo.
Un hombre de alma grande, de los que suele parir la madre Tierra.
El plantel 16 de
Cobaes, en Angostura, lleva inscrito su nombre, y el día de la ceremonia
oficial para consagrar al maestro, se dieron cita decenas de decenas de Mayos
de San Miguel Zapotitlán, del norte de la entidad.
No cabe duda. Cipriano
Obezo Camargo y su pueblo mayo era uno solo, así lo fue él con ellos, y ellos
con él. Lo eran todo, juntos, unidos como “sangre de su sangre”.
Cobaes, tiene
trazado el objetivo de rescatar las obras de los antepasados, de hombres y
mujeres que han dado vida y vigor a la historia de Sinaloa. Se dice que el
viejo arte de hacer seres humanos, es través de la remembranza y la historia.
El gobernador
Antonio Toledo Corro, le tomó protesta al Profesor Cipriano Obezo Camargo, siendo
el primer director del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa, iniciando
actividades en el ciclo escolar 1981-1982 con 46 planteles como una nueva
opción educativa para los jóvenes de Sinaloa.
Nicolás Vidales
Soto, autor de “Cipriano Obezo Camargo: Obras”, pergeño partes del pasado del profesor
Cipriano Obezo, y las compiló en un libro en seis secuencias, distribuidas en
315 páginas. Es solo una parte de la vida, poemas y narraciones vividas de Cipriano
Obezo Camargo.
Nicolás Vidales
Soto, describe a Cipriano Obezo Camargo con las siguientes palabras: Maestro de
maestros, un hombre incansable en el quehacer educativo. Convirtió la escuela
en casa del pueblo, luchó contra la extrema pobreza de las masas campesinas y
contra las pésimas condiciones de salud de la población rural.
Cipriano
Obezo Camargo nació pobre y murió pobre, porque sus manos nunca se mancharon
con el dinero ajeno, fue hombre probo a carta cabal.
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