A principios de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, las reformas estructurales estaban siendo llamadas a impulsar el desarrollo del país. Ante ello, México adquirió una presencia excepcional a nivel internacional, incluso, fue calificado como el “tigre azteca” ante las prospectivas económicas que se vislumbraban en el mediano plazo.
Paul Krugman, premio nobel de economía en 2008, señaló que las reformas estructurales solo garantizarían el progreso de México de ir acompañadas de un profundo cambio educativo del país.
Una sociedad educada es baluarte del desarrollo de una gran nación. El gobierno federal consciente de que la economía del país se sustenta en el progreso de las familias, impulso decididamente la reforma educativa en congruencia al Artículo 3o de la Carta Magna: “prestar servicios educativos de calidad que garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos”.
Al referirnos a la reforma educativa, aceptamos que la evaluación del desempeño magisterial implica capacitar a maestros con bajo nivel de instrucción, mejora la infraestructura educativa, actualiza planes y programas de estudio, estimula a la planta docente con el Servicio Profesional Docente, y otorga un salario profesional digno, entre otros, es, en muchos sentidos un acierto institucional de elevadas miras.
En Sinaloa la educación registra importantes avances, aunque una parte sustancial de la infraestructura educativa presenta serias deficiencias. El gobernador Quirino Ordaz Coppel tiene como meta construir y rehabilitar los planteles educativos con una inversión aproximada de 3 mil millones de pesos, a fin de dignificar la vida educativa en la entidad.
EL modelo del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa –COBAES- está organizado conforme a la nueva cultura de la reforma educativa; la instrucción de jóvenes con mejores estándares educativos es un reto que nos hemos trazado. Asimismo, nos hemos propuesto garantizar la calidad de la infraestructura educativa que tanto apremia a los jóvenes y padres de familia.
La crisis internacional en 2008, afectó financieramente a México con la caída de los precios del petróleo, aun así mantuvo tasas de crecimiento económico positivas de 2013 a 2017, y no son pocos los estudiosos que han coincidido al señalar que las reformas estructurales permitieron, en cierta manera, aminorar los embates de la crisis mundial.
Es cierto que México presenta largos periodos de bajo nivel de crecimiento económico, debido a los factores estructurales como la fortaleza del mercado interno, aprovechamiento educativo, el cambio tecnológico en la economía, la diversificación de los mercados internacionales, por mencionar algunos, pero recientes datos trimestrales del comportamiento del PIB registró un 3%, lo cual manifiesta que nuestro país se encamina hacia mejores escenarios.
Las elevadas inversiones de miles de millones de dólares previstas con las licitaciones petroleras, la diversificación de los mercados internacionales para las exportaciones mexicanas, y el efecto de la reforma educativa con una sociedad más preparada en los próximos cinco años, se prevé para el 2021 que la economía se situé con tasas de crecimiento entre el 3.5 a 4.0%.¡ç
Sin duda, se advierten nuevos tiempos para México con las acciones trazadas en materia de educación y economía.
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