La polarización y sus costos. (Publicado en La Gaceta de Sinaloa, 13 de Agosto de 2012)


Mientras el capítulo poselectoral toma buena parte de nuestra atención social, las economías del mundo luchan con todos sus recursos y capacidades por mantener su viabilidad en un escenario donde nadie descarta un empeoramiento.
Todas las formulas anticrisis, las de expansión del gasto, las de restricción, las moderadas todas han fracasado. En la unión económica europea, los países miembros no logran acuerdos para establecer una ruta anticrisis porque sencillamente todas las alternativas de política económica parecieran insuficientes incluso contradictorias.
A estas naciones del viejo continente la única ruta que les queda es la restricción del gasto para alcanzar los niveles de estabilidad financiera que tranquilice los mercados y recupere la confianza para iniciar una etapa de recuperación.
Contra esta postura llega el fantasma de Keynes para recordarles que la reactivación económica parte precisamente de inyectar recursos a la economía para lograr de nuevo el crecimiento, es decir gastar más para crecer; el detalle es que esa fórmula precisa de niveles de déficit y de deuda que buena parte de las economías europeas no cumplen, su deuda es tan grande que los márgenes para ampliar el gasto es difícil y genera mas intranquilidad, solo queda ajustar el cinturón y cruzar los dedos deseando la cosa funcione.
El caso de Estados Unidos no es menos preocupante, la recuperación va en el lomo de una tortuga generando dudas sobre la estrategia de Obama al grado que el 70% de la población de ese país no concuerda con la misma. El gasto del consumidor que representa el 70% del componente de su PIB no se ha recuperado, el norteamericano por primera vez en más de 80 años no confía en el american dream y se resiste a gastar y el empresario a invertir, sencillamente su presidente y su gobierno no les generan suficiente confianza y ante ello son una economía en estancamiento.
En México, que dependemos en buena parte del destino económico de países como Estados Unidos, al parecer no nos preocupa tanto ese complejo contexto, al fin que “contamos con sólidas variables macroeconómicas” y como peccata minuta con el 50% de la población en pobreza y una juventud algo más que indignada por un absurdo abandono en sus demandas más elementales.
En un momento donde las economías del mundo están en vilo, nosotros apostamos por la indiferencia permitiendo que un momento que puede ser aprovechado para sensibilizarnos sobre los retos y oportunidades del contexto internacional, sea cooptado por una discusión que parece solo llevarnos a la polarización.
Que hoy existan tantos rezagos sociales que cualquiera puede usar como banderas para motivos personales es resultado de la pasividad social que nos ha encerrado.
Sería interesante que los partidos, que el yo soy 132, los enojados, los contentos, los que perdieron, todos generemos un sentido de urgencia en materia de crecimiento y desarrollo, claro también de democracia, de igualdad, de los temas que aportan a que nuestro entorno mejore.
La agenda del país no debe ser monopolizada por intereses particulares, hay cosas de mayor importancia y urgencia que el solo atender visiones necias y egoístas.

Sergio Mario Arredondo
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