La polarización y sus costos. (Publicado en La Gaceta de Sinaloa, 13 de Agosto de 2012)
- 9:45 a.m.
- AUTOR: Sergio Mario Arredondo
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Mientras
el capítulo poselectoral toma buena parte de nuestra atención social, las
economías del mundo luchan con todos sus recursos y capacidades por mantener su
viabilidad en un escenario donde nadie descarta un empeoramiento.
Todas
las formulas anticrisis, las de expansión del gasto, las de restricción, las
moderadas todas han fracasado. En la unión económica europea, los países
miembros no logran acuerdos para establecer una ruta anticrisis porque
sencillamente todas las alternativas de política económica parecieran
insuficientes incluso contradictorias.
A estas
naciones del viejo continente la única ruta que les queda es la restricción del
gasto para alcanzar los niveles de estabilidad financiera que tranquilice los
mercados y recupere la confianza para iniciar una etapa de recuperación.
Contra
esta postura llega el fantasma de Keynes para recordarles que la reactivación
económica parte precisamente de inyectar recursos a la economía para lograr de
nuevo el crecimiento, es decir gastar más para crecer; el detalle es que esa fórmula
precisa de niveles de déficit y de deuda que buena parte de las economías europeas
no cumplen, su deuda es tan grande que los márgenes para ampliar el gasto es
difícil y genera mas intranquilidad, solo queda ajustar el cinturón y cruzar
los dedos deseando la cosa funcione.
El
caso de Estados Unidos no es menos preocupante, la recuperación va en el lomo
de una tortuga generando dudas sobre la estrategia de Obama al grado que el 70%
de la población de ese país no concuerda con la misma. El gasto del consumidor
que representa el 70% del componente de su PIB no se ha recuperado, el
norteamericano por primera vez en más de 80 años no confía en el american dream y se resiste a gastar y el
empresario a invertir, sencillamente su presidente y su gobierno no les generan
suficiente confianza y ante ello son una economía en estancamiento.
En
México, que dependemos en buena parte del destino económico de países como
Estados Unidos, al parecer no nos preocupa tanto ese complejo contexto, al fin
que “contamos con sólidas variables macroeconómicas” y como peccata minuta con el 50% de la
población en pobreza y una juventud algo más que indignada por un absurdo
abandono en sus demandas más elementales.
En
un momento donde las economías del mundo están en vilo, nosotros apostamos por
la indiferencia permitiendo que un momento que puede ser aprovechado para
sensibilizarnos sobre los retos y oportunidades del contexto internacional, sea
cooptado por una discusión que parece solo llevarnos a la polarización.
Que
hoy existan tantos rezagos sociales que cualquiera puede usar como banderas
para motivos personales es resultado de la pasividad social que nos ha encerrado.
Sería
interesante que los partidos, que el yo soy 132, los enojados, los contentos, los
que perdieron, todos generemos un sentido de urgencia en materia de crecimiento
y desarrollo, claro también de democracia, de igualdad, de los temas que
aportan a que nuestro entorno mejore.
La
agenda del país no debe ser monopolizada por intereses particulares, hay cosas
de mayor importancia y urgencia que el solo atender visiones necias y egoístas.
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