Culiacán ciudad del conocimiento.

En Culiacán todos los día salen de sus hogares un total de 280,902 estudiantes, jóvenes y niños, 15,599 profesores de todos lo niveles escolares.
La ciudad alberga al campus principal de la Universidad Autónoma de Sinaloa, la institución de educación superior más importante del noroeste del país, al Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo CIAD el centro de mayor acreditamiento en materia de investigación relacionado al campo y valor agregado, al Instituto Tecnológico de Culiacán, al Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, un campus de la Universidad de Occidente y un gran número de instituciones de educación elemental, media y media superior privadas y públicas que juntas suman 8029 aulas.
Hasta el día de hoy esta masa critica de conocimiento, circunstancia especial de nuestro espacio urbano, ha sido poco aprovechada. La vinculación de estos actores con el empresarial y público es por mucho marginal. En los planes municipales de desarrollo la presencia de instituciones de este peso académico y científico es apenas enunciativa, pero nunca como parte u objeto de política pública.
Sobre ello es urgente hacer una serie de reflexiones profundas. La primera no por general menos importante es ¿qué hacer con esta riqueza? ¿Qué hacer por estos más de 200 mil jóvenes en materia de transporte público, de espacios para su desarrollo educativo? ¿Qué hacer en materia de emprendurismo?
Es absurdo que con estas instituciones persistan programas para emprendedores que solo proyectan la ideas de siempre, restaurantes, el salón de belleza, la receta del abuelo hecha negocio, todos esfuerzos loables, necesarios, valiosos, pero lejos de la potencialidad que debiésemos estar alcanzando en materia de ideas.
Aprovechar estas potencialidades implica asumirnos como una ciudad de conocimiento, que haga de su capital humano e instituciones educativas y de investigación la piedra angular de su economía y de su política pública. Para ello requerimos un diseño de ciudad que permita la vinculación de estos sectores, se necesita infraestructura, espacios y políticas todas enfocadas a la vinculación que nos lleve a la creación de proyectos enfocados al desarrollo. Añadir al Sinaloa de la gente bonita y alegre, el de la gente preparada, bilingüe, con las capacidades y cualificaciones “necesarias” para impulsar y atraer la inversión en los sectores donde tenemos oportunidad.
Tucson y su clúster óptico y de servicios hospitalarios no se puede entender sin la Universidad de Arizona, ni el Silicon Valley sin las universidades de Stanford y Berkeley o la industria regiomontana sin el ITESM. Estas relaciones no se dieron por generación espontanea, hubo una política enfocada a aprovechar correctamente las potencialidades que el conocimiento puede hacer por un espacio urbano.
Culiacán puede ser la ciudad del conocimiento de noroeste del país, nadie como nosotros tiene la capacidad instalada, capital humano y recursos para logralo. El primer paso tiene que venir desde lo local, desde el ayuntamiento mismo en el diseño de una ciudad más amigable y que permita el aprovechamiento de la inteligencia que reside en sus lindes.

Sergio Mario Arredondo
@sergiomario1



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